Nunca pensé que iba a acabar sangrando
haciendo una de las cosas que más disfruto en la vida. De hecho, no me di
cuenta hasta que bajé la mirada y vi un hilo de sangre bajando hacia el puente.
Esto ocurrió en uno de mis primeros “conciertillos” con mi grupo. Y ya os digo
que no me hice gran cosa, pero decidí inmortalizar la imagen. Creo (y espero)
que por el hecho de que no suelo ver instrumentos musicales ensangrentados.
El caso es que hice la fotografía esta, con
una cámara normalita, y es cuando la cosa empieza a ponerse algo más filosófica.
Cuando la vi me di cuenta de que, realmente, todo en exceso llega a hacer daño.
Ya cada uno se dará por aludido porque me da que la mayoría hemos descubierto
algo que no nos cansaríamos de hacer nunca.
Además, también me di cuenta de que, con otro
hobby que tenía, también me hacía daño. Me refiero al patinaje agresivo. Me di
algunas ostias, pero no hacía grandes locuras.
Con esto solo quiero hacer ver que el exceso
nos puede hacer daño, y no solo físico. También incitaros a que lo sigáis haciendo.
Sergio Castañeda Puche
Sergio Castañeda Puche
No hay comentarios:
Publicar un comentario