Pensando en Málaga no se me ocurría de qué
hablaros. Supongo que pienso como la gran mayoría de los malagueños. Nos gusta
nuestra ciudad pero sabemos perfectamente que podría gustarnos más. Sabemos que
hay ciudades con un trasfondo cultural mayor, más cuidadas, con más
oportunidades, etc. Pero Málaga es Málaga y no necesita decirse más, porque
cada uno tiene sus vivencias, su pasado y su presente en esta ciudad. Pero, por
otra parte, muchos tenemos nuestro futuro fuera de ella.
Cuando pienso en este pasado, en mi infancia
en Málaga, no sé por qué siempre se me vienen a la mente dos recuerdos. El
primero es hace unos 10 años más o menos, en carnavales. Mis tíos me llevaron a
ver la elección del Dios MOMO. Veía la ciudad llena de gente disfrazada, riendo
y los colores llenaron también la noche. Y todavía me sigue resonando “Máaalaga
eees la diosa y reina de la feelicidaaaad...”.
El otro recuerdo se sitúa en el Paseo del
Parque, con unos 2 años. Recuerdo aquello como tremendamente inmenso, lleno de
plantas y de gente. Esperaba seguir andando para ver qué fuente o parque me
encontraba, o ver de cerca las palomas y los patos. Ahora paso por allí y me
parece pequeño, pero sigo viendo a niños con la misma emoción que yo tenía.
Quizás es que con el tiempo la ciudad puede quedarse pequeña para muchos, pero los
ojos con los que la vemos siguen siendo los mismos con los que la hemos visto.
“Veeen a bailaaaar...”
Sergio Castañeda Puche
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