El otro día leí una entrada en el blog de Ángel Martín que me
mató, metafóricamente hablando, obvio, de la risa. Pero a su vez no podía creer
la increíble razón que tiene este hombre diciendo esas finas palabras.
En su entrada, hablaba de lo que precisamente yo quiero
criticar en la mía: jóvenes que van a la televisión a buscar pareja.
Pero en especial, hay un programa que lo hace con sus
madres de por medio. Me refiero a ¿Quién
quiere casarse con mi hijo?. No sé si me sorprende o no. Me da pena que no
nos sorprenda, porque eso significa que estamos acostumbrados a la mierda que
nos come y, a su vez, me da pena que me sorprenda, porque significaría que me
estoy quedando gilipollas de la cabeza, y no veo lo que me rodea.
En su blog, Ángel Martín califica a éstas personas como
gente que sale por la tele para gritarle al mundo que tiene una TARA. Dios, es
justo la palabra que tanto tiempo llevo buscando para definir a ese tipo de
seres y no encontraba, porque decir retraso queda bastante típico y está muy
utilizado. Esa es perfecta y totalmente cierta. Tienen una tara, una rotura en
alguna parte de su persona. Pero cómo no la van a tener, si la madre va con
ellos. Lo raro sería que el niño/la niña saliera normal.
<<‘Siempre me
ha fascinado la gente que sale por la tele a gritarle al mundo:
“¡¡Tengo una tara!!”
Si lo hicieran por la radio me parecería
menos grave.
En la radio no le pones cara a la persona
que grita eso pero al hacerlo por la tele es:
“¡¡Tengo una tara!! ¡¡Quédate con mi cara
por si nos encontramos por ahí!!”
Y está claro que si vas a buscar pareja a la
tele es porque tienes una tara.>> Ángel Martín.
No hace falta llegar a verlos por la televisión para
saber quien tiene la tara y quien no. Tienen unos rasgos perfectamente diferenciales –por aquí por Málaga son fáciles de encontrar, aunque no sé
quien dice que sus orígenes están en los tetes y tetas de Valencia-. Y bien
esos rasgos son, para ellas, extensiones, pelo rubio oxigenado, tetas, tatuajes
de flores silvestres extrañas, tetas, ropa muy pegada, tetas y tenacillas marcadas
y bien hechas –lo peor es que esta descripción también es válida para las
madres. En ellos, suele destacar la cabeza rapada, la depilación corporal, los
pinchazos de wistron -que es lo que les causa la alopecia capilar a la que
llaman ‘‘raparse’’-, por consiguiente los músculos hinchados, tatuajes de ‘amor
de madre’, camisetas con las que se les vea el pechito y la alimentación variada
en pollo y arroz.
Si ves a alguien que se corresponda con estas
características, ya sabes cual es su meta en la vida. Hombre, tampoco quiero
generalizar, pero generalizo.
Keywords: Tara, Pipi Estrada, Emma, Calentamiento global,
Tete, Nano.
Patricia Carrillo Fernández
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