miércoles, 17 de abril de 2013

Málaga no es Pablo Alborán.

A mí me gusta sobrevalorar Málaga, y eso que he tenido la suerte de estar en ciudades que se supone que son mejores. Me gusta sobrevalorar Málaga porque aunque caí aquí por casualidad pienso que es la ciudad más completa en la que he estado (como cuando algunos dicen que Messi es el mejor jugador de todos pero que Ronaldo es el más completo, algo así).

Málaga está muy bien por muchas cosas, precisamente una de ellas no es su universidad, pero de esto ya he hablado suficiente. Málaga destaca por lo que ya todos sabemos: sol, playa, pescaito, bla, bla, bla...

Si algo odio es ir fuera de Málaga y cuando digo que soy malagueño me respondan diciendo: “igual que Pablo Alborán”. Ahí es cuando sería capa de perder los nervios y emular la famosa escena de Fargo, no obstante soy una persona civilizada y entrenada a base de esos extranjeros que cuando dices: “I’m from Spain” te responden con un perfecto: “Toros, toros, olé”.

Enlazo con el párrafo anterior y así puedo hablar un poco de la plaza de toros de Málaga, que es preciosa, por supuesto, pero que es más bonita cuando alberga conciertos que cuando alberga corridas (aprovecho la ocasión para llamar “catetos” a los señores que fuman puros y sacan pañuelos blancos).

Concluyo diciendo que Picasso, con el gran genio que era pintando, lo tonto que fue despreciando esta ciudad.

pd: La mejor decisión que se ha tomado en esta ciudad en los últimos años ha sido la de ponerle una calle a Don Manuel Pellegrini.

Francisco Javier Villalta Soler.

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