Muchos lo
consideran el clásico reality show norteamericano de appearance transformation.
Es mucho más.
Miles
de americanos/as feos/as y con pelo grasiento se presentan a un casting en el cual se
eligen a los/as que enaltecen más estas cualidades. La misión del programa
comienza ahora: transformar la horripilante apariencia del concursante elegido
con ayuda de especialistas en estilismo, maquillaje, peluquería y ortodoncia.
Algunos concursantes muy afortunados tienen incluso la suerte de asistir a una
sesión con una lectora de ojos (dicese de persona que adivina todos tus
malestares y pesares mentales con solo mirarte right inside your eyes) la cual
saca a relucir todas sus intimidades más oscuras delante de miles de personas. “Por
tu mirada deduzco que padeces estrés causado por la carga de haber sido una
Teen Mom y haber dejado de lado tu vida para dedicarte a tus hijos”
Los
especialistas de las distintas modalidades son fascinantemente identificables.
Si fuera puro teatro (QUE NO LO ES) podría decir que están muy bien
caracterizados, lo que es muy bueno para identificarlos por la calle o en el
parque. En plan “eh mira ese es estilista de tu estilo a juicio seguro”.
El peluquero tiene toda la cabellera típica de un peluquero; el estilista sonríe
como cualquier estilista lo haría… y del mismo modo funciona en todos los
casos.
En fin, me
resulta grandiosa, gloriosa e impresionante la labor benéfica de este programa,
ayudando a personas con deficiencias higiénicas y estéticas a superar sus
problemas, con un jurado que avala todo el proceso, el antes y el después. El
patito feo y el hermoso cisne.
Mis
fuentes fiables afirman que los últimos programas cuentan con tratamiento
psicológico; ya que no hay que olvidar que los invitados al programa no
solo echan para atrás por su peculiar
apariencia, sino también por sus complicaciones sociales-interrelacionales. Es
tal el cambio físico y moral experimentado en el programa, que los
participantes transformados pasan posteriormente a formar parte del jurado que
evalúa los cambios.
Éstos hacen comentarios como “jamás dejaría que esa mujer
cuidara de mis hijos”, “parece que trabaja en la industria del automóvil”, “parece
un pollo hippie”. Parece mentira lo ingeniosos que son los americanos a la hora
de formular frases… No me queda ninguna
duda de porqué nos llevan años de ventaja. Ellos sí que saben describir lo que
ven, contarnos la realidad con da igual que formato: audiovisual, oral, escrito…
Y esto es ni más ni menos que lo que yo pretendo, contaros las realidades sobre
TU ESTILO A JUICIO. Un programa que cambió mi vida al igual que la de todos los
indecentes que asisten al mismo.
Pilar Cañestro Fernández.
No hay comentarios:
Publicar un comentario