jueves, 14 de marzo de 2013

Aliens fighting robots.




Últimamente estoy desarrollando cierta fascinación por esta parte del cuerpo, por las nucas, y no es de extrañar ya que no hay día que no me cruce con alguna, ya sea en clase o en alguno de los tropecientos autobuses diarios que cojo. Y es que mirar nucas, a la larga, es más divertido que observar el paisaje, nunca sabes cuál te va a tocar: con lunares, sin lunares, con pelos, sin pelos, con tatuajes, sin tatuajes, etc.

A veces un mero entretenimiento, otras algo más. En ocasiones, escasas, tengo la suerte de coincidir con nucas como las de la fotografía de arriba, nucas encantadoras, dotadas de erotismo y que se atrincheran en tu cabeza sin intención alguna de irse, igual que esa típica canción pegadiza de la que no puedes deshacerte.

Quizás se trate de un fetiche, no lo sé, no me importa, a mí me entretienen. Creo que empiezo a comprender por qué en Japón esta parte del cuerpo se considera tan sensual, nos llevan años de ventaja. Me parece que se trata de una parte bastante infravalorada por parte de la cultura occidental y espero que con el tiempo tomemos conciencia. Las nucas son los nuevos escotes.

Víctor A.

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