Yo vuelvo al pasado, al sufrimiento, al instante, a la
pesadilla, a la impotencia. A cómo tras inundarse y desplomarse todo un pueblo
ves morir a los únicos superviviente. A cómo en Occidente vivimos tan plácidamente que nos olvidamos de los que un día mueren. A cómo aquí si muere
cualquier famosillo del tres al cuarto se le da una importancia enorme y no
pensamos que casi cada vez que respiramos un niño muere por desnutrición, por
enfermedad, por falta de medios. Este es el sentimiento que me produce esta imagen.
El sufrimiento reflejado en el rostro de un niño. Ese mismo sufrimiento que
tienen los miles de niños que mueren al día por la misma causa, por la falta de
medios, por el pasotismo de los únicos beneficiados de esta situación.
El rostro de los fotógrafos, aun sin salir reflejado, se
intuye, cuanto menos desfigurado. Tras haber intentado todo, lo único que
espero que quieran transmitir con ésta fotografía es la denuncia de esa
terrible situación, sin buscar el beneficio económico, sin no intentar salvar a
la chica contar de hacer una foto, como mi querido, y nótese la ironía, Kevin Carter.
Guillermo del Castillo Amaya
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