jueves, 14 de marzo de 2013

Incarnata o incarnada.


  Antes de nada pedir perdón a aquellas personas cuya sensibilidad se encuentra herida al ver la foto que he elegido. Un tanto desagradable, sí, pero en ningún caso insultante u ofensiva. Es este el motivo por el que me tomo la libertad de escogerla y hablar de ella.

  Bien, se trata ni más ni menos que de mi dedo. Una foto tomada de anoche. Día 13/03/13. Este es el aspecto que tiene mi dedo cuando llego a casa después de las largas jornadas de calcetín y bota a las que se ven expuestas mis pies.

  Antes de contaros mi experiencia personal, os pondré en antecedentes definiendo este suceso de la naturaleza. Se trata de una uña incarnata (latín) o incarnada (castellano) que no encarnada como lo llamamos la mayoría. Quiere decir in (dentro) carnada (de la carne). Nada que ver con Encarna (así lo definió mi médico, aunque google y yo no coincidimos demasiado con él).

  Al igual que la nariz, la boca o los ojos, cada cual nace con un tipo de uña diferente, siendo éstas clasificadas en dos grandes grupos: planas y curvas. Estas últimas tienen, como poco, muchísimas posibilidades de “incarnarse” (valga la redundancia) dentro de la piel que la rodea, y ésta, con ayuda del calor que proporciona el calzado de invierno y el movimiento del pie al andar provoca inflamación, infección bacteriana y, en consecuencia, dolor infernal.

  Como podréis adivinar queridos lectores, mi uña es curva, con forma de C. Y esto, junto con mi deficiente forma de cortarme las uñas de los pies, hace que este problema haya sido una constante en mi vida desde no recuerdo cuando.

  ¿Solución? -Os preguntareis muchos. O pocos, o quizás ninguno se lo pregunte. La expongo de todos modos: existen múltiples maneras de erradicar este problema, dependiendo, como en todo, de la gravedad del asunto.  Lo más importante es eliminar la infección y la inflamación antes de proceder con cualquier método. Esta desinfección se puede llevar a cabo por ingesta de antibióticos o aplicación cutánea de Mercromina, Positón o diferentes cremas desinfectantes, antibióticas o anti-inflamatorias.  La última recomendación de mi médico fue aplicación de Mercromina y lavarme el dedo con agua caliente y lejía. ¿Lejía? No salgo de mi asombro con este remedio casero que, por cierto, no funciona. Cuando este proceso termine, podrás proceder a una micro-cirugía en la que pueden: 1. Extraer la uña en su totalidad o 2. Extraer la parte de la uña que se hinca.

  Y esta es la historia sobre la ya mencionada fotografía. ¿Qué qué siento al ver esta fotografía? -Se preguntará Agustín (pues de eso trataba la actividad, de describir que nos suscita una fotografía) Pues me acuerdo de mi médico, de por qué no me recetaría las mismas pastillas que la última vez, que terminaron con mi sufrimiento en escasos 2 días. Pero no. “déjala crecer” –dijo él. “los antibióticos son muy erosivos para tu organismo”.

   También me hace pensar en lo bonito que sería salir de clase pensando en dar una vuelta o echarme en el sofá o cualquier actividad de ocio y tiempo libre, en vez de desear el descalzado inmediato y la curación de mi herida que, por cierto, a mí también me da un asco “que lo flipas”.

  Y sí, soy consciente de que he desvelado datos de mi biografía confidencial a toda la clase y a todo el que lea este blog. Pero me parece tan interesante y ”chachimegaguay”  que me da igual. Disculpad el excentrismo. 

Pilar Cañestro Fernández.


4 comentarios:

  1. Jelouses Pilar, soy Oscar. No es por molestar ni incordiar, pero era un máximo de unas 250 palabras tirando muy por lo largo, y aquí hay más de 580.
    Sé que los demás también se han explayado, pero no con tanto swagga.
    Para la próxima hay que tenerlo en cuenta ya que publicamos muchos, y las entradas de por sí, ya tienen un número de palabras limitado (por Facebook alguien lo subió).
    Un Saludo! ;)

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    1. Hola Oscar! Lo sé, pero me di cuenta cuando ya lo había publicado... Le he mandado un correo a Agustín preguntandole. Si termina siendo conflictivo no tendría ningun problema en re-estructurarlo para que la extensión se acoplara a lo estipulado. Gracias por el consejo de todos modos. Y mil disculpas a todos, en ningún momento fue una acción malintencionada, solo fruto del despiste y la emoción. No volverá a ocurrir.

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    2. ¿Conflicto? Para nada, no ha sido ningún problema, únicamente que se ha excedido un poco de lo previamente establecido. Dudo que Agustín tenga algún inconveniente, nosotros tampoco.

      Saludos ^^

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  2. Muy interesante tu explicación sobre la incarnada y bien expresado. El médico tenía razón con lo de que no te tomaras los antibióticos, pero lo de la lejía.. no se si eso funcionará de mucho. Una vez pisé un montón de erizos, y el médico me dijo, o cirugía para quitar las púas, o agua caliente con vinagre y sal, porque se suponía que disolvería las púas, que va, para nada, lo único que conseguía era un escozor increíble, me las quité con una aguja.
    Creo que deberías extraer o la uña o parte de ella.
    Un saludo y, no es tan asqueroso.

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