Aún recuerdo ese primer día de universidad, tenía una mezcla
de ilusión y nervios.
Mi asombro llegó cuando vi la ineficacia de la
administración, ¿Cómo podía ser que nadie supiera responder a cosas tan
básicas, como que no apareciera en la lista?.
La chica de la secretaria me mandaba a que mirara la lista
una y otra vez como si fuera ciega… o no la hubiese mirado cien veces antes de
ir.
Me sentía súper pérdida en una facultad en la que nunca
había estado y cada vez más aturdida por la situación, peor que en la
persecución de la película TESIS.
Después de estar más de 3 horas dándole el coñazo a esta
chica que transmitía “amabilidad absoluta”, ¡por fin le vino una idea!
(Consistía en mirar en una lista que ella tenía, ya ves tú que difícil de
recordar), pero no eran buenas noticias…para ponerle mas motivación a mi gran
primer día me dijo: “estas por la mañana en el GR3 y por la tarde en el GGB”,me
quede loquísima con esa noticia, eso suponía todo el día metida en la
universidad y tener un profesor que me impartiría la teoría y otro diferente
que me examinaría…eso no tenía sentido.
Para intentar solucionarlo, le pregunté como podría
cambiarme y me respondió que eso era algo casi imposible y que echará un
formulario, pero que no serviría de gran cosa… Y todo esto con su GRAN ENCANTO.
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