miércoles, 3 de abril de 2013

Semana cultural madrileña


Últimamente estoy yendo bastante por Madrid, en esta ocasión dejé los preciosos planes de borracheras y garitos para visitar un poco la ciudad a la vez que acudía a algún evento cultural.

Fueron nada menos que tres veces las que acudimos al Museo Thyssen para intentar conseguir una entrada para ver una exposición de Hiperrealismo que sin haber visto la recomiendo a todo el mundo. Más después de haber estudiado el año pasado a algunos de los autores de estas impresionantes obras en la asignatura de Teoría y análisis de la imagen fija. Pero nada, como ya he dicho lo surrealista fue no conseguir las entradas en tres ocasiones.

De modo que para no quedarme con las manos vacías entré a la exposición de Impresionismo y aire libre: De Corot a Van Gogh mucho más seria y anticuada. La mayoría de los cuadros databan de 100 o 200 años atrás, la época en la que se dio este movimiento artístico. Salieron a resurgir todos los conocimientos que he adquirido en la asignatura de Cultura Visual el pasado cuatrimestre. Ya sabéis, todas esas aburridas prácticas de John Berger que al final resulta que sí sirvieron para algo. Por otra parte también lo relacioné mucho con los fotógrafos naturalistas que estudiamos en Historia de la imagen fija. Todos los cuadros que allí se mostraban eran paisajes y si mal no recuerdo los naturalistas hacían los mismo debido a las limitaciones técnicas de la fotografía en aquella época, entre otros aspectos.

La verdad es que sí, todo precioso. Los había mejor o peor pintados, más realistas o menos. Todo precioso hasta que llegamos a Van Gogh. Ese cuadro que ves desde la otra punta de la sala y parece que tiene luz propia, con colores tan vivos y trazos enérgicos. Lo primero que te dices a ti mismo es “Tiene que ser un Van Gogh” cuando te acercas y lo corroboras lo segundo que te dices a ti mismo es “¿Cuánto opio se metía por el culo?” y perdonen la expresión, pero no soy el primero que habla de un posible problema con las drogas aunque es conocido que tuvo problemas de salud mental.

Sinceramente a mi me parece fabuloso su arte aunque les digo de antemano que en estos de cuadros yo no soy más que un “paleto” que este año ha visto despertar su interés por el óleo. Cuando me acercaba a cada uno de sus cuadros podía adivinar el sentimiento que puso en cada uno de ellos, desde la fuerza y energía de los trazos más primaverales.


Hasta la triste melancolía de un puerto en un atardecer de otoño.


Ahora les propongo un juego, desde la sala virtual del Museo Thyssen ¿Serán capaces de adivinar que cuadros son un Van Gogh?

Jorge Ayllón García

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