Bueno,
voy a hablar sobre una serie que me enganchó hace ya un tiempo cuando supe de
su existencia en Antena 3. Lo cierto es que ha sido de las pocas que he seguido
ansiosamente por televisión.
La
serie es claramente británica a simple vista. Pertenece a la BBC y está creada
(y escrita junto a Stephen Thomson) por Steven Moffat y Mark Gatiss. Consta de
dos temporadas con tres capítulos cada una, de aproximadamente 90 minutos.
La
verdad es que siempre me ha gustado el personaje de Sherlock pero, por unos
motivos u otros, sólo me he leído un relato del gran Sir Arthur Conan Doyle.
Esto es algo que me permitió la falta de spoilers (aunque ya los tendré para
cuando decida leerme los libros...que creo que es peor...) y, por tanto, vivir
la serie un poco más intensamente. Aunque no estoy seguro del todo de saber si
hubiera cambiado mucho esto puesto que la serie, aunque se basa en las novelas
y relatos de Conan Doyle, cambia bastante con respecto al original.
Los
tiempos cambian y la serie, la manera de afrontar la temática, los personajes y
los problemas y hechos que se van sucediendo también. Nos situamos con un
Sherlock en el Londres del siglo XXI, con toda su tecnología y avances
sociales. El caso es que no quiero poner ejemplos para no hacer spoilers, por
si a alguno le apetece verla. Pero la idea es esa, que los planteamientos
cambian y, en mi opinión, los han adaptado bastante bien, a excepción del
capítulo El sabueso de los Baskerville
que, sin decir que no me gustara, me pareció un poco más flojillo frente a los
demás.
Recuerdo
que lo primero que me llamó la atención fue el personaje de Sherlock, interpretado
por Benedict Cumberbach. Quizás porque no era el estereotipo de personaje que
me esperaba y me llamó más la atención. Creo que me ha llegado a convencer más
que en el caso del actor Robert Downey Jr (el de la película), puede que por el
hecho de que me resulta algo más “inquietante”.
Ya
cuando empecé a ver el primer capítulo me encantó la fotografía, para la que
usan filtros con los que ambientan bastante bien la serie. Seguidamente, el
tratamiento y el montaje también fueron ganando valor a medida que se iba
desarrollando. Por ejemplo, los sms que recibe o los pensamientos del
protagonista cuando analiza a alguna persona visualmente se van insertando en
la misma imagen.
Por
último, ya más generalmente (si cabe), la elección de cada uno de los
personajes y su psicología (como el gran y malvado James Moriarty), junto al
guión de la serie, los escenarios y el tratamiento de la imagen y el montaje la
hacen una serie (para mi gusto) bastante recomendable. La esencia de Sherlock
sigue prácticamente intacta.
Tras
esta, apareció hace un tiempo la serie estadounidense Elementary...tendré que echarle un ojo.
Sergio Castañeda Puche
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