Desde mi punto de vista, la mejor
serie que se emite en estos momentos no es otra que THE WALKING DEAD. Nunca
hubiera imaginado que yo me iba a interesar por una serie que trata básicamente
de Zombis, pero lo cierto es que me encanta.
Realmente nunca me había parado a
pensar en qué haría yo en un mundo invadido por una plaga de zombis pero desde
que comencé a ver esta serie (aunque es imposible que esto ocurra) lo pienso.
Yo no tendría huevos de sobrevivir en un mundo así, me dejaría morir fácilmente,
sería de las primeras zombis en habitar este mundo traicionero. Seguramente
sobrevivirían algunos y lucharían por su supervivencia a pesar de las pocas
posibilidades que existen de volver a la vida de antes.
Este es el caso de Rick, el
protagonista de la serie, que lucha contra viento y marea para sobrevivir a
esta invasión. Sufre calamidades por su supervivencia y la de su familia. Se
hace con el puesto de líder de su grupo y, en un principio, salva y se juega la
vida por sus compañeros. Sin embargo, en la tercera temporada comienza siendo
más egoísta tras perder a su esposa, y el pobre va perdiendo cada vez más la
cabeza. Lo que me llama la atención de esta tercera temporada es la forma en la
que nos muestran cuál sería la progresión mental de una persona al encontrarse
en un mundo así. Realmente perderíamos a muchos seres queridos y no tendríamos
tiempo para llorar a nadie, ya que eso implicaría perder nuestra propia vida,
que es por la que sufriríamos verdaderamente.
Por otro lado está el maquillaje,
es otra de las cosas que me chiflan de esta serie. Cómo son capaces de
caracterizar de forma tan perfecta el aspecto de un muerto viviente…. es increíble…
sus caras de putrefacción y la sangre…
la sangre es algo que cuando comienzas a ver esta serie te impresiona muchísimo,
pero cuando te acostumbras… estás deseando ver cómo le sacan las tripas a estos
bichos. En definitiva, esta serie marca a la perfección y de la forma más realista
cómo sería una vida contra un problema que es totalmente improbable que ocurra.
Marina Arroyo Jiménez.
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