miércoles, 10 de abril de 2013

Entra, sál y suicidate.


La secretaría. Ese lugar en el que te pueden ocurrir miles de cosas o ninguna. A mí personalmente ya me da miedo entrar, bueno y en muchas ocasiones ya me da miedo la cola que se forma… Por supuesto, en caso de que esté abierta, porque recordemos que su horario tampoco es que sea muy amplio.

En secretaría puedes entrar con una duda y salir con diez mil, así de simple. Bueno también puedes salir sin ninguna duda y que al cabo del tiempo te enteres de que lo que te dijo el señor tan adorable de ojos saltones no era cierto. Eso sí que molesta.

Este señor es capaz de decirte un día que ponerle un sello a la matrícula es superrequeteimportantísimo y a los dos días vayas para que te haga ese procedimiento tan complejo y te diga “Esto… no haze farta pero si tu quiereh yo te lo pongoh”. VERIDICO.

Yo ya me he propuesto ir lo menos posible por ese lugar.. De hecho una vez intenté esquivar a este señor dirigiéndome a una de las mujeres de las mesas de la derecha, pero nada, el secretario con su mirada me asaltó y no tuve más remedio que soltarle el sermón de mis dudas que quedaron sin respuesta.

Hank Moody

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