Os hablo de una de las experiencias
culturales más peculiares que he tenido en mi vida. La verdad es que la idea de
clasificarme con mi grupo de música en un concurso de nivel nacional tenía algo
de ansias culturales, por el hecho de conocer en persona otros grupos y otra
ciudad, pero sinceramente iba más al ámbito de pasárnoslo de p*** madre. El caso
es que me hizo reflexionar sobre algunas cosas.
Al llegar a la parte céntrica de Las Palmas
te esperas que la ciudad sea más bonita que la tuya (y reconozco que hay zonas
que lo son) pero en principio no fue así. Tampoco sé si fue la fecha o el día
(era viernes...) pero estaba todo un poco “muerto”. Las circunstancias no me
dieron grandes expectativas del lugar, pero la guagua iba rápido y fue más
divertido el viajecito a la sala de conciertos.
Llegamos a La Plaza de la Música, al lado del
auditorio Alfredo Kraus y me encantó. Luego me encantaría mucho más. Por mí hubiera arrastrado la plaza entera a Málaga. Combinaba mar, playa, un pequeño skatepark y música. Los
locales donde tenían lugar los conciertos estaban uno frente del otro, a poco
menos de un minuto andando. Y al otro lado de la plaza había un enorme
escenario donde se hacían fiestas universitarias, así que el ambiente esa noche
estaba asegurado.
Ambos locales (Mojo Club y Sala Nasdaq) estaban
bastante bien equipados en cuanto a personal y material. Nunca he visto en
Málaga un local “medio” tan bien equipado y que ofrezca tanto. Digo “medio”
porque los que he visto con estas características pasan a ser ya salas bastante
grandes como la Sala París 15 o la Eventual. No digo que el ZZ Pub o el Onda
Pasadena (entre otros) estén mal, pero es obvio que no están al mismo nivel,
que permita hacer conciertos más a grupillos como el mío (aunque justo antes
que nosotros actuaron Los Punsetes, que tienen algo más de renombre y no
gracias a su simpatía). Y más sabiendo sobre la existencia de grupos que
arrastran a más gente de la que cabe en estos de los que hablo, pero no llena
una sala más importante.
Por otra parte, llevaba y llevo tiempo
reflexionando sobre la relación del nivel con la geografía. Por poner un
ejemplo, dos de los grupos nacionales que más me llaman actualmente son Vetusta
Morla y Love of Lesbian (el primero de Madrid y el segundo de Barcelona). En
este viaje hubo un paralelismo. Las dos bandas que más me gustaron eran de
estas tierras. Ya aviso que no es que crea que los que sean de allí tengan más
calidad, porque otros muchos casos lo demuestran, pero me lleva a reflexionar
si las facilidades son las mismas y, por ahora, creo que los de la periferia lo
tenemos algo más difícil. Será la cobertura.
Sergio Castañeda Puche
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