martes, 2 de abril de 2013

Entre dos aguas

Hasta donde mi conocimiento llega, después de 20 años en Málaga, sólo me hicieron falta 3 días para quedarme entre dos aguas. Y nunca mejor dicho, básicamente entre el Mediterráneo y el Atlántico.

Os hablo de una de las experiencias culturales más peculiares que he tenido en mi vida. La verdad es que la idea de clasificarme con mi grupo de música en un concurso de nivel nacional tenía algo de ansias culturales, por el hecho de conocer en persona otros grupos y otra ciudad, pero sinceramente iba más al ámbito de pasárnoslo de p*** madre. El caso es que me hizo reflexionar sobre algunas cosas.

Al llegar a la parte céntrica de Las Palmas te esperas que la ciudad sea más bonita que la tuya (y reconozco que hay zonas que lo son) pero en principio no fue así. Tampoco sé si fue la fecha o el día (era viernes...) pero estaba todo un poco “muerto”. Las circunstancias no me dieron grandes expectativas del lugar, pero la guagua iba rápido y fue más divertido el viajecito a la sala de conciertos.

Llegamos a La Plaza de la Música, al lado del auditorio Alfredo Kraus y me encantó. Luego me encantaría mucho más. Por mí hubiera arrastrado la plaza entera a Málaga. Combinaba mar, playa, un pequeño skatepark y música. Los locales donde tenían lugar los conciertos estaban uno frente del otro, a poco menos de un minuto andando. Y al otro lado de la plaza había un enorme escenario donde se hacían fiestas universitarias, así que el ambiente esa noche estaba asegurado.

Ambos locales (Mojo Club y Sala Nasdaq) estaban bastante bien equipados en cuanto a personal y material. Nunca he visto en Málaga un local “medio” tan bien equipado y que ofrezca tanto. Digo “medio” porque los que he visto con estas características pasan a ser ya salas bastante grandes como la Sala París 15 o la Eventual. No digo que el ZZ Pub o el Onda Pasadena (entre otros) estén mal, pero es obvio que no están al mismo nivel, que permita hacer conciertos más a grupillos como el mío (aunque justo antes que nosotros actuaron Los Punsetes, que tienen algo más de renombre y no gracias a su simpatía). Y más sabiendo sobre la existencia de grupos que arrastran a más gente de la que cabe en estos de los que hablo, pero no llena una sala más importante.

Por otra parte, llevaba y llevo tiempo reflexionando sobre la relación del nivel con la geografía. Por poner un ejemplo, dos de los grupos nacionales que más me llaman actualmente son Vetusta Morla y Love of Lesbian (el primero de Madrid y el segundo de Barcelona). En este viaje hubo un paralelismo. Las dos bandas que más me gustaron eran de estas tierras. Ya aviso que no es que crea que los que sean de allí tengan más calidad, porque otros muchos casos lo demuestran, pero me lleva a reflexionar si las facilidades son las mismas y, por ahora, creo que los de la periferia lo tenemos algo más difícil. Será la cobertura.

Sergio Castañeda Puche

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