domingo, 31 de marzo de 2013

Crónica de Rafael Lechowski con banda de jazz en Madrid (20 de octubre de 2012).

El pasado octubre estuve en Madrid en el concierto de Rafael Lechowski, que tocó durante casi dos horas y junto a una banda de jazz esos temas que llevaba escuchando desde que en 2008 me comprara Donde duele inspira.
Rafael Lechowski es un rapero maño de origen polaco que comenzó a rapear muy joven en un grupo llamado Flowklorikos y cuyas dos primeras referencias In-extremis (2001) y Zerdos y diamantes (2002) estuvieron muy alejadas de lo tan íntimo y excepcional que fue Donde duele inspira (2007).


La primera gran anécdota, por llamarlo de alguna manera, fue la sorpresa de no ver a ningún telonero sobre el escenario, pues el cartel rezaba “artista invitado”. Mientras el DJ amenizaba lo que prometía ser una gran noche, todos esperábamos a Rafa, que se retrasaba diez minutos. Fue entonces cuando se pararon los platos, y una reconocible voz grave para casi todos los que estábamos allí, comenzó a recitar un texto del que rescato esta frase: “[...] y es allí en la profundidad de su horizonte donde al fin comprendo que mi concierto es un espectáculo interno”.
Tras la poética entrada al escenario y la primera gran ovación del público, comenzó a sonar la instrumental de la canción homónima a su disco “Donde duele inspira”. Quizás aquel fue el momento más rap del concierto, pues tras esta primera canción Lechowski presentó a los jazzistas que le iban a acompañar durante la noche.
A partir de ese momento, empezó lo que iba a ser un conciertazo, marcado por un equilibrio 50-50 entre rap y jazz instrumental (me atrevería a decir que 60-40 para el jazz).


El público comenzó siendo un público rap, para aprender e introducirse en el respetuoso público jazz, eso sí, ciertos toques de rap como levantar las manos y moverlas al unísono o alguno que veremos más adelante no faltaron. El local colgó el cartel de entradas agotadas, y aunque este dato no fuera una sorpresa, si lo fue para mí la presencia de gente adulta (40 – 50 años) entre el público.

Pasó el tiempo volando hasta que Lechowski se ausentó del escenario y dejó a los jazzistas tocando mientras preparaba unos textos pertenecientes a lo que será su próxima obra: Quarcissus. Tras cinco minutos volvió con unos papeles en la mano derecha y un taburete en la izquierda. Después de recitar aquel fragmento que dedicó a su madre (allí presente) y que nos dejó a todos con la piel de gallina, viví una de las más grandes ovaciones que he visto (oído) nunca. De aquel fragmento, aunque pidió que no se grabara nada (y la gente cumplió), me quedé con una frase: “derrotar a un enemigo te convierte en vencedor, pero derrotarte a ti mismo te convierte en invencible”. Y ya no quedaba tiempo para mucho, así que como buen rapero que originariamente es, Lechowski agarró el micrófono con fuerza, los jazzistas empezaron con el swing y Rafa improvisó unas líneas.

Francisco Javier Villalta Soler.

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