Algo que me ha atraído mucho
de esta película ha sido el que no me haya resultado tan fácil entender en profundidad
su argumento, resulta muy interesante y constructivo el tener que darle un poco
al coco para llegar al mensaje de la obra.
Tras una incansable y pesadísima
campaña publicitaria, sumado a la falta de tiempo y dinero no la vi en las salas
de cine, de hecho disfruté de ella una tarde cualquiera en mi cómodo sillón. Algo que pensaba y que he reafirmado al leer varias críticas de este filme es que conserva
dos características muy buenas que son la calidad de su argumento junto con la
riqueza visual que posee, algo que la hace destacar. Creo que se trata de una película
que adquiere mucho más valor cuando se ha conseguido interiorizar su mensaje y
ver lo bien que lo transmite el director.
Tras disfrutar la película
y meditar sobre ella encontré rasgos que no aprecié en el momento de visualizar
el filme.
Al centrarse un poco en
su argumento se ve como la película narra la vida e historia del protagonista, aventura
que según él, le hará creer en Dios. En el transcurso de dicha aventura, el
protagonista vive una experiencia sobrecogedora cuando su naufraga. Pi, el
protagonista, logra salvar la vida en un bote. Sin embargo, no estará solo pues
descubre que su viaje lo compartirá con un tigre de bengala entre otros
animales salvajes como una cebra o una hiena. La vida de Pi se trata de un relato que evoca al misticismo y está lleno de
espiritualidad y grandes dosis de aventura.
Por lo que he podido
leer se trata de una adaptación de una obra literaria, de la cual se dice que
es bastante sencilla y se llega a catalogar de cuento infantil, de este modo es
en la película donde vemos todo un despliegue de artificio visual que enriquece
a Ang Lee como director, pero no solo por el espectáculo, sino también por el
contenido.
Lo que puedo destacar
como principales “desventajas” de la película es que en muchas ocasiones las
escenas se hacen un poco largas, incluso a veces monótonas (por la repetición y
la reiteración de las acciones del protagonista un día tras otro). Todo esto se
ve un poco compensado puesto que durante sus últimos cinco minutos es cuando
encontramos un mensaje y un ejercicio profundo sobre la verdad de la historia y
la propia vida.
Se trata
de una película recomendable, en un primer momento para disfrutar de su calidad
visual, y en un segundo plano para reflexionar sobre su argumento.
Víctor Daniel Núñez Ggb Gr4
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